Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://brendaelss988017.blogproducer.com/46130444/análisis-del-cabezazo-de-zidane-en-la-final-de-2006