Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://rafaeliaby366230.free-blogz.com/85789213/cómo-reaccionaron-los-jugadores-al-cabezazo-de-zidane