Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas https://rsagxew358117.topbloghub.com/44996422/la-confesión-de-zidane-sobre-su-cabezazo-en-2006